Por cuarta vez en las últimas 10 temporadas el Gavà se jugará en la última jornada su permanencia en la categoría. En las tres anteriores, todas con condicionantes muy diferentes entre sí, se logró el objetivo, las repasamos.
La más épica sin duda fue la de 2014. El equipo estaba repleto de jóvenes de la casa con una media de 19,76 años en una plantilla cuyo jugador más veterano y capitán era Aitor Unzué con 22 años (no contamos al brasileño Jefferson, de 25 años, y que sólo jugó 3 partidos) y la situación era muy muy complicada. En la jornada 25 de liga el Gavà contaba con 18 puntos de 75 posibles... pero a partir de aquí lo que no salía salió, el buen juego tuvo premio, y empezaron a llegar los puntos. En las últimas 13 jornadas los gavanenses sumaron 24 puntos de 39 puntos, los 3 últimos en una auténtica final jugada en La Bòbila.
El rival era el Santboià, un equipo que era la antítesis del Gavà, sólo hay que echar un vistazo a su alineación de aquel día: Planchería, David Márquez, Javi Calvo, Dani Iglesias, Cristian Valle, Libo, Álex Fernández, Manga, Pedro Bilbao, Eloi Fontanella y Raúl Rodríguez. Además les valía al empate, mientras que el Gavà sólo se salvaba si conseguía la victoria. En el minuto 86 de partido el marcador reflejaba un 0-1 que enviaba al Gavà a 1ªCatalana, pero dos jugadores aún juveniles, Adrià Borreda y el gavanense Fran Orellana, le dieron la vuelta al partido. Una permanencia histórica.
Foto: El Bruguers |
No tardó en repetirse la misma situación, seguramente el precedente más similar al actual. Sólo un año después, en 2015, con Juanma Pons en el banquillo y una plantilla (y un club) que durante la temporada sufrió una traumática metamorfosis con la ruptura con la Escola, el Gavà llegaba a la última jornada dependiendo de sí mismo frente a un Cerdanyola con los deberes hechos. Con una victoria los azulgranas se aseguraban la permanencia, mientras que en caso de empate y derrota debían de esperar a los resultados de Santfeliuenc y Manlleu. Ante una Bòbila prácticamente desierta pese a estar la permanencia en juego el Gavà se impuso por 3-0 con dos goles del mexicano Alan Ávila y uno de Xavi Civil, frente a un Cerdanyola que vino con lo justo, pero que puso las cosas difíciles durante buena parte del partido. Curiosamente en aquel Cerdanyola jugaba el altísimo delantero centro Quim Solano, hermano del ahora jugador del Sant Ignasi Albert Solano.
La más reciente fue en 2019 (en los descensos de 2016 -administrativo- y 2022 no hubo incertidumbre en la última jornada), cuando Gavà y Sant Ildefons se enfrentaban, también en La Bòbila con una plaza de descenso no compensado en juego. Después de una primera vuelta de malos resultados la paciencia tuvo premio, y el equipo firmó una gran segunda vuelta para alejarse de los puestos de abajo... pero en la penúltima jornada una derrota en Vilanova complicaba las cosas para el final, que podía haber sido más dramático de no haber mediado un gol (dicen que con la mano) en el añadido del Viladecans en la visita del Borges Blanques.
Habiendo evitado el descenso directo gracias a ese tanto del Viladecans, Gavà y Sant Ildefons se centraban en salvar la plaza de descenso no compensado que arrastraba el Peralada (que había pagado por la plaza del Gavà en 2ªB unos años antes). Al Gavà le valía el empate y a los visitantes sólo la victoria, aunque por aquel entonces la renuncia del Ascó parecía próxima, y el miedo a un descenso era relativo... El caso es que el partido no fue bueno por parte de los azulgranas, que sabiendo que el empate les era favorable se dejaron dominar en demasía, y a punto estuvieron de pagarlo caro. Al final sin embargo un gol de Adri Ruiz dejó los 3 puntos y la tranquilidad en La Bòbila.
El Sant Ildefons, con el ahora capitán del Gavà Arnalot, acabó también salvado, pero no precisamente por el Ascó, ya que los tarraconenses echaron marcha atrás en lo anunciado y no se retiraron, si no por el ascenso a 2ªB de Llagostera y Prat.
Este domingo a las 18:00 horas y según la interpretación del reglamento que hace la FCF, el Gavà necesitará un punto (contando con una victoria del Sant Ignasi ante el Vista Alegre, si no no sería necesario) ante un rival que no se juega nada para librarse del fantasma del descenso.
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