La marcha de Espi es una baja sensible en el eje de la defensa, y que además duele por tratarse de un hombre de la casa.
Fichado procedente del Marianao de 2ªCatalana después de pasar toda la etapa formativa entre Gavà y EF Gavà, en 2018 regresaba a casa con un potencial físico muy desarrollado y sus cualidades técnicas intactas. Reubicado como central -aunque puntualmente se recurrió a él como centrocampista, su posición original- Espi fue un fijo desde el primer día, disputando 30 partidos en su primera temporada y 21 (sobre 23) en lo disputado en la presente. En su periplo azulgrana Espi sólo se ha perdido 6 partidos, 5 de ellos por sanción.
En total 51 partidos de liga, 1 de Copa Catalunya, y 16 encuentros amistosos, 68 partidos en los que no consiguió ver puerta (aunque esta temporada el árbitro le concedió a él un gol en propia puerta del Alcarràs). Espi no podrá alcanzar a su padre Alfredo, que entre 1982 y 1993 disputó 206 partidos de liga defendiendo la camiseta del Gavà.
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