Mañana sábado, el Gavà iniciará su octava temporada en la 2ªB con la visita al Valencia Mestalla. Los debuts no acostumbran a ser demasiado positivos para los blaugrana, y es que de las 7 temporadas precedentes, únicamente en 2 de ellas se ha conseguido la victoria, la 95-96 y la 08-09. Tres empates (todos a domicilio y sin goles) y dos derrotas (las dos por 2-0, y también a domicilio) adornan el palmarés de la jornada 1.
Pero hoy nos centraremos en el partido más difícil de olvidar, el del debut en 2ªB. Corría la temporada 95-96 y el inesperado ascenso a 2ªB por el descenso federativo del Palamós había embriagado a la ciudad. El ritmo de retirada de carnets era increíblemente alto, superándose el millar de socios, fundamentalmente por la categoría lograda y la política de precios aplicada.
El 3 de Septiembre de 1995 el Manlleu visitaba la Bóbila en la jornada inaugural. Era una temporada -salvando las distancias- que se asemejaba bastante a la actual. El equipo era muy justito para la 2ªB, repleto de jóvenes sin experiencia, y la salvación era el único objetivo -luego llegarían los refuerzos de invierno y el escenario cambiaría radicalmente, pero eso es otra historia-.
El primer once de 2ªB que desde el banquillo diseñó Toni Llebaría fue el siguiente: José Antonio, Titi, Conesa, Cuadrat, Ramón Seco, Eloy, Escala, Aguilera (sustituido por Albert Martínez), Cullà, Jordi Solanas (reemplazado por Pau), y Raúl Verdú (quien dejó su sitio al guardameta Miguel Ángel). Destacaba en el equipo la presencia de dos jugadores del pueblo, Jaume Escala y Raúl Verdú.
El partido reunió todos los condicionantes para la épica. Con La Bóbila llena hasta la bandera ,el Manlleu se adelantó merced a un gol del defensa Guijarro (que años después ficharía por el Gavà), pero pocos minutos después Jordi Solanas, de falta, lograba el empate y el primer estallido de júbilo en 2ªB, alegría que se fue difuminando con el paso de los minutos. Y es que el Manlleu tuvo hasta dos penas máximas para llevarse el partido en las botas del mítico Toni Barnils, y sin embargo fue incapaz de aprovecharlas. Ambos penaltis acabaron en expulsión, la de Eloy por coger el balón con las manos dentro del área por creer que el árbitro había señalado fuera de juego, y la de José Antonio por derribar a un delantero del Manlleu cuando éste le encaraba.
Sin embargo, el Gavà se sobrepuso a tanta desgracia, y empujado por su afición consiguió el 2-1 gracias a un penalti que Jordi Solanas transformó en gol entre el delirio de la afición. Lo puso muy difícil el Manlleu, jugando contra 9 falló goles cantados, incluido uno de los penaltis anteriormente reseñados, pero la victoria se quedó en la Bóbila.
Trabajo, entrega, y comunión absoluta con una entregada afición, fueron los ingredientes para que el Gavà venciera en su debut y mantuviera la categoría. Mañana dará comienzo una liga en la que esos ingredientes serán indispensables para conseguir idéntico fin.
Pero hoy nos centraremos en el partido más difícil de olvidar, el del debut en 2ªB. Corría la temporada 95-96 y el inesperado ascenso a 2ªB por el descenso federativo del Palamós había embriagado a la ciudad. El ritmo de retirada de carnets era increíblemente alto, superándose el millar de socios, fundamentalmente por la categoría lograda y la política de precios aplicada.
El 3 de Septiembre de 1995 el Manlleu visitaba la Bóbila en la jornada inaugural. Era una temporada -salvando las distancias- que se asemejaba bastante a la actual. El equipo era muy justito para la 2ªB, repleto de jóvenes sin experiencia, y la salvación era el único objetivo -luego llegarían los refuerzos de invierno y el escenario cambiaría radicalmente, pero eso es otra historia-.
El primer once de 2ªB que desde el banquillo diseñó Toni Llebaría fue el siguiente: José Antonio, Titi, Conesa, Cuadrat, Ramón Seco, Eloy, Escala, Aguilera (sustituido por Albert Martínez), Cullà, Jordi Solanas (reemplazado por Pau), y Raúl Verdú (quien dejó su sitio al guardameta Miguel Ángel). Destacaba en el equipo la presencia de dos jugadores del pueblo, Jaume Escala y Raúl Verdú.
El partido reunió todos los condicionantes para la épica. Con La Bóbila llena hasta la bandera ,el Manlleu se adelantó merced a un gol del defensa Guijarro (que años después ficharía por el Gavà), pero pocos minutos después Jordi Solanas, de falta, lograba el empate y el primer estallido de júbilo en 2ªB, alegría que se fue difuminando con el paso de los minutos. Y es que el Manlleu tuvo hasta dos penas máximas para llevarse el partido en las botas del mítico Toni Barnils, y sin embargo fue incapaz de aprovecharlas. Ambos penaltis acabaron en expulsión, la de Eloy por coger el balón con las manos dentro del área por creer que el árbitro había señalado fuera de juego, y la de José Antonio por derribar a un delantero del Manlleu cuando éste le encaraba.
Sin embargo, el Gavà se sobrepuso a tanta desgracia, y empujado por su afición consiguió el 2-1 gracias a un penalti que Jordi Solanas transformó en gol entre el delirio de la afición. Lo puso muy difícil el Manlleu, jugando contra 9 falló goles cantados, incluido uno de los penaltis anteriormente reseñados, pero la victoria se quedó en la Bóbila.
Trabajo, entrega, y comunión absoluta con una entregada afición, fueron los ingredientes para que el Gavà venciera en su debut y mantuviera la categoría. Mañana dará comienzo una liga en la que esos ingredientes serán indispensables para conseguir idéntico fin.
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