La dinámica de un equipo puede cambiar de un momento para otro, ya sea por inspiración, por lesiones/sanciones en puestos claves, o simplemente, por suerte; pero encontrar el "interruptor" que lo desencadene no es sencillo.
Nos vamos a centrar en lo que llamaremos el Espíritu del 61, un equipo abocado al descenso que acabó firmando una inesperada recta final. Para ello nos apoyaremos en el libro de Josep Campmany, "Historia del Futbol Club Gavà", en el que se relatan diversos sucesos de esa temporada, así como la hemeroteca de Mundo Deportivo y el diario El Bruguers.
El equipo de la Temporada 1960/61, foto cedida por Vaghi para el libro Historia del FC Gavà |
Pongámonos en situación. El Gavà competía por tercera temporada consecutiva en una 3ªDivisión formada por 16 equipos, habiendo firmado la temporada anterior una excelente 4ª plaza. El equipo sin embargo había visto como la composición de su plantilla había variado notablemente, perdiendo hombres importantes como Ros (Vilanova), Sales (Igualada), De Pablo (Sant Joan d'Espí) o Fontanals (San Martín). Sólo seguían cuatro jugadores, eso sí, auténticos pesos pesados como Josep Esteve, Jaime Zurita, o José Vilà.
La temporada empezó de forma casi inmejorable, con 3 victorias y 2 empates, y en la jornada 5 el Gavà era colider con L'Hospitalet, Europa y Nàstic de Tarragona. La primera derrota, en L'Hospitalet, trajo consigo la polémica, primero porque el corresponsal del diario "Solidaridad Nacional" trató a los jugadores del Gavà, en palabras de Jordi Vaghi en el Bruguers, como "carne del Diablo", sembrando la semilla de lo que ocurriría en la vuelta; y segundo porque se decía que un directivo influía demasiado en las decisiones técnicas del entrenador (El Bruguers, Octubre de 1960).
De repente el equipo se hundió, y perdió 9 de los siguientes 11 partidos. De poco sirvió el cambio en el banquillo, el histórico Suriol, que regresaba al club tras auparlo a la 3ªDivisión y una mala media temporada en el Vilanova, sustituía a Juan Manuel Rosell, manteniendo sin embargo la mala trayectoria del equipo, incapaz de levantar cabeza.
En aquella época los campos de 3ªDivisión eran toda una aventura, destacando la derrota en el campo del Nàstic de Tarragona (3-1), en un partido tras el que el autobús del Gavà fue apedreado por la afición local, misma suerte que el coche del presidente del Nàstic, que viajaba con el árbitro del encuentro en su interior. Más "curiosa" es la anécdota del partido ante el Amposta en la jornada 18 que nos relataba no hace mucho el propio portero del Gavà aquel día, Pep Solsona. El Amposta ganó 1-0, gracias a un penalti que se mandó repetir tras haberlo parado Solsona, y es que al final del partido el colegiado confesó al portero gavanense que "si no llegan a ganar, ni nosotros ni vosotros salimos vivos de aquí".
Así llegamos a un posible punto de inflexión: los sucesos ocurridos en el partido de la segunda vuelta ante L'Hospitalet que antes dejábamos entrever marcaron un antes y un después. Al parecer el público de Can Tintorer, enfadado
tras perder 2-3, asaltó el vestuario arbitral, robándole la ropa e
intentando agredirlo, cosa que se dice llegó a hacer un directivo del Gavà. La
Guardia Civil tuvo que dispersar al tumulto disparando al aire. En Mundo
Deportivo se calificó la afición del Gavà como "congoleña" (en un
contexto de guerra en la zona), y Can Tintorer fue clausurado.
La versión de Mundo Deportivo (17/02/1961) |
Jordi Vaghi explicaba en el diario El Bruguers de febrero de 1961 que
los jugadores gavanenses habían oído al árbitro como le decía al
delantero Andresín (que años después ficharía por el Gavà), que se
dejara caer y que él pitaría penalti, provocando la indignación general que acabaría siendo detonante de lo ocurrido; que según Vaghi no tenía mucho que ver con lo relatado en el periódico barcelonés.
Desde la jornada 8 hasta la 23 el Gavà sólo había ganado dos partidos. Del gran inicio nada quedaba, y los azulgrana eran ya últimos de la tabla, en una liga en la que recordemos la victoria valía dos puntos y sólo quedaban 7 jornadas para su finalización. Y aquí se accionó el interruptor, algo cambió y el equipo fue capaz de ganar 5 de esos 7 partidos, apoyados en la inspiración goleadora de Zaragoza, que marcó 7 tantos en las últimas 5 jornadas (hizo 12 en toda la liga). En la antepenúltima (contra el Reus) se produjo otro hecho curioso, y es que al colegiado se le paró el reloj y la primera parte duró 60 minutos en lugar de los 45 reglamentarios.
La crónica para Mundo Deportivo de una institución, Jordi Vaghi |
La victoria de la última jornada de liga ante el Europa colocó al Gavà en la duodécima posición (por mejor goalverage con el Iberia y el Balaguer), que le libraba del descenso directo pero le obligaba a jugar una promoción contra el Camarles, que aspiraba a subir de categoría. En la ida el Gavà lograba sacar un 2-2 esperanzador, para después sentenciar en la vuelta ganando por 5-2 en Can Tintorer.
El inicio de la recuperación narrada por Jordi Vaghi en el Bruguers de Marzo de 1961 |
No sabemos con seguridad qué es lo que hizo aquel equipo para sobreponerse; si realmente fue el episodio "congoleño", la incorporación de Roberto Vinadé para el tramo final, o el acierto de Zaragoza ante puerta, pero lo cierto es que consiguieron resurgir cuando muy pocos lo creían ya posible.
Trasladado al "ahora", mientras que haya tiempo (y tenemos casi toda la segunda vuelta por delante) será cuestión de que todos los actores implicados, directiva, cuerpo técnico, jugadores y afición sigamos buscando el interruptor que despierte "el Espíritu del 61".
Trasladado al "ahora", mientras que haya tiempo (y tenemos casi toda la segunda vuelta por delante) será cuestión de que todos los actores implicados, directiva, cuerpo técnico, jugadores y afición sigamos buscando el interruptor que despierte "el Espíritu del 61".
1 comentario:
Eres muy grande Havok , en su día lo dije y repito 20 como tu y otro gallo cantaría.Señores el movimiento se demuestra andando.
"ESPIRITU DEL 61"
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