Sin tiempo que perder el Gavà presentó ayer a su nuevo cuerpo técnico, encabezado por Juan Camilo Vázquez, y que estará acompañado por Juan Andrés Torres Bazán y Adrià Rodríguez Villanueva.
Torres es su habitual mano derecha, y le ha acompañado prácticamente desde sus
primeros pasos como entrenador, ejerciendo como ayudante y preparador físico,
mientras que Adrià Rodríguez, que es portero de la UD Gramenet (la de verdad), ya formó parte del
cuerpo técnico del Gavà la temporada del descenso a 1ªCatalana.
Si me permitís unas líneas de estricta opinión, escuchadas
las (no) explicaciones de ayer, me da la sensación de que -simplificando mucho-
el director general del club, Marcos López, tiene una concepción futbolística
diferente a la del destituido cuerpo técnico, y esa falta de confianza en sus ideas
y en su forma de plasmarlas tarde o temprano iba a desembocar en este desenlace. Aunque
nos ha cogido por sorpresa a casi todos, tanto la destitución como el sustituto
tienen toda la apariencia de llevarse cocinando semanas. Es uno de los hándicaps
de que un jugador tenga más poder que el entrenador a cuyas órdenes
-futbolísticas- se encuentra y al que él no ha elegido, extensible también a los
compañeros que él no ha fichado.
La destitución de Serrano es una decisión que desde fuera me
parece injusta con el trabajo realizado durante el último año y medio, y muy difícil
de entender en el fondo y en la forma, como vuestras reacciones a la destitución (ya sea por Twitter, Facebook,
o por mensajes privados), todas en el mismo sentido, demuestran. Tiene asociado
además un severo coste de imagen (una herida que parecía cicatrizar), de credibilidad (estás rompiendo con todo el discurso del último año y medio), y de conexión con la ciudad,
parámetros que quiero creer que han sido calibrados, y que se ha considerado que
los resultados deportivos asociados al cambio compensarán. Lo veremos en los próximos meses, pero soy de los que piensan que los "proyectos" no se empiezan en enero.
Foto: El Bruguers |
Camilo es un gran entrenador con mala estrella en los momentos
decisivos, que seguramente ha coleccionado también
situaciones injustas, y con unas últimas experiencias poco brillantes, pero no
se puede poner en duda su valía como entrenador porque durante toda su
trayectoria ha demostrado sobradamente que la tiene. Ha aceptado el
reto que supone coger el Gavà ahora y él mismo ha situado el listón -que implícitamente
viene dado con la situación- en igualar y superar lo que Serrano ha hecho en el Gavà según sus propias palabras. Le deseamos suerte, aunque él no crea en ella. Si no sale bien, las responsabilidades a
final de temporada no se deberán pedir al banquillo, si no a quienes han tomado
esta decisión.
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